MAñANA

Yo a cuantos amo, reprendo y castigo. --- "Mi hijo! No menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; porque a quien ama el Señor, le castiga; y azota a cada hijo que recibe. --- Así como un padre al hijo en quien se deleita. --- Porque El inflige dolor y venda, El hiere, y sus manos sanan. --- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte al debido tiempo. --- Te he probado en el horno de la aflicción. --- Porque no de corazón aflige ni entristece a los hijos de los hombres. --- No ha hecho con nosotros según nuestros pecados, ni nos ha recompensado conforme a nuestras iniquidades. Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande su bondad sobre los que le temen; cuanto está lejos el oriente del occidente, ha alejado de nosotros nuestras transgresiones. Como un padre se compadece de los hijos, así se compadece Jehová de los que le temen. Porque Él conoce nuestra hechura, se acuerda de que somos polvo.

 

 

Apocalipsis 3,19 --- Hebreos 12,5-6 --- Proverbios 3,12 --- Job 5,18 --- 1 Pedro 5,6 --- Isaías 48,10 --- Lamentaciones 3,33 --- Salmos 103,10-14

NOCHE

Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. - Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, porque ellos piensan que por su palabrería serán oídos. No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis, antes que vosotros le pidáis. - Ellos... invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! - Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.  El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios, ten misericordia de mí, pecador! Os digo que éste descendió a su casa justificado más bien que el otro. - Señor, enséñanos a orar.

 

 

Eclesiastés 5,1 - Mateo 6,7-8 - 1 Reyes 18,26 - Lucas 18,10-11.13-14 - Lukas 11,1