MAñANA

Mas el fruto del Espíritu es... paz. - Pero la mente espiritual, vida y paz. -  A paz nos llamó Dios. - La paz os dejo; mi paz os doy: no según da el mundo, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. - Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en la esperanza por el poder del Espíritu Santo. - Yo sé a quién he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. - Tú guardarás en perfecta paz a la mente firme, porque en ti confía. --- Y la obra de la justicia será paz; y el efecto de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en lugares de reposo. - Mas el que me oyere, habitará seguro, y estará tranquilo, sin temor del mal. - Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.

 

 

Gálatas 5,22 - Romanos 8,6 - 1 Corintios 7,15 - Juan 14,27 - Romanos 15,13 - 2 Timoteo 1,12 - Isaías 26,3 - Isaías 32,17-18 - Proverbios 1,33 - Salmos 119,165

NOCHE

Yahweh Shamá Yahweh está allí. - He aquí, el tabernáculo de Dios con los hombres! Y Él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, su Dios. - Y no ví templo en ella, porque el Señor, Dios, el Todopoderoso, es su templo, y el Cordero. Y la ciudad no tiene necesidad del sol ni de la luna, que la alumbren; porque la gloria de Dios la ha iluminado, y su lámpara es el Cordero. - En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia, al despertar, me saciaré de tu imagen. - ¿A quién tengo en el cielo?Y fuera de ti nada deseo en la tierra. - Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén de generación en generación.... Y Jehová morará en Sion. - ¡Jubila y regocíjate, hija de Sión! Porque he aquí, yo vengo, y moraré en medio de ti, dice Jehová. - Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella; y sus siervos le servirán.

 

 

Ezequiel 48,35 - Apocalipsis 21,3 - Apocalipsis 21,22-23 - Salmos 17,15 - Salmos 73,25 - Joel 3,20-21 - Zacarías 2,14 - Apocalipsis 22,3